Penélope Cruz se llevó el Oscar
La semana anterior a los Oscar, Penélope ha estado aguantando los nervios. Incluso en la alfrombra roja aseguró llegar "muy tranquila".
Llevaba un vestido palabra de honor de Pierre Balmain, de sesenta años de antigüedad.
A las 2:30 hora española llegó el primer Oscar de la gala, todos los españoles esperábamos ese momento en el que queríamos ver a nuestra Pe como ganadora.
Y pudimos celebrarlo, Penélope Cruz se convertía desde ese momento en la primera española en conseguir un Oscar y se consagraba como una de las grandes actrices.
La madrileña de 34 años consiguió en el segundo intento la preciada estatuilla.
"Estoy feliz, emocionada, contenta... he pasado muchos nervios en las presentaciones, lo de las cinco actrices ha sido precioso, me iba el corazón a mil por hora y cuando Tilda (Swinton) me ha mirado al abrir el sobre, pensaba que me caía redonda", ha afirmado la actriz en la rueda de prensa posterior a la gala. "Tardé cinco minutos en mirarle a la cara (a la estatuilla); Pesa bastante pero no lo suelto", ha añadido.
En su discurso, visíblemente emocionada recordó el talento de Woody Allen a la hora de dibujar grandes personajes femeninos, se lo dedicó a su amigo Pedro Almodóvar, "que me lleva en sus aventuras", a Bigas Luna, Fernando Trueba, quienes le dieron sus primeros trabajos, a Harvey Weinstein, el distribuidor en Estados Unidos de Vicky Cristina Barcelona, que con su habilidad promocional le ha dado el empuje definitivo para un galardón que merecía ya sólo por su talento. "A mis padres, a mis hermanos, a todos los que me ayudaron. Vengo de un sitio, Alcobendas, muy alejado de estos sueños. Allí veía el show". Y hasta el teatro Kodak ha llegado. Recordó la importancia de defender este arte, el cinematográfico, que está por encima de lenguas, y ya en castellano, remató sus 45 segundos de discurso, recordando a todos los que le ayudaron. "Y a los actores de España".
El premio le llegó de cinco ganadoras del premio de la academia: Eva Marie Saint, Tilda Swinton, Goldie Hawn, Whoopie Goldberg y Anjelica Huston, que fue la encargada de presentar a Cruz: "Bajo tu belleza se esconde el alma de una auténtica cometa", antes de decirle en español: "Muchas felicidades".
Su María Elena, la mujer neurótica por amor, fue uno de los más alabados personajes en la alfombra roja, la entrada al teatro Kodak que si el año pasado burbujeaba a favor de Javier Bardem, en esta edición estaba rendida a los pies de la madrileña. La primera en llegar fue Isabel Coixet, que la dirigió en Elegy, junto a los productores de Vicky Cristina Barcelona. "A mí me parecen de gran valor sus actuaciones, su paciencia en la promoción...". Weinstein recordó que llevan doce años como amigos "y tienen tanta suerte en España con ella...". Y confesó: "El cine también debería estarle agradecido".
El grupo de apoyo sentimental lo formaban Goya Toledo y Luis Alegre, sus mejores amigos, junto a su madre, Encarna Sánchez, y sus hermanos Mónica y Eduardo Cruz. "Vamos a gritar, a llorar. Es un ángel, y se lo merece", decía Toledo, mientras Alegre gritaba "Vamos, Penélope". Sus hermanos iban "con la piel de gallina", confesó Mónica. "Estamos muy felices, es un día especial, la segunda nominación...". Su madre apenas contenía las lágrimas, antes de que al recibir la estatuilla soltara las emociones. "Tiene un algo más indescriptible que la diferencia de los demás. Es la amiga soñada", remató Alegre, a quien le siguió sir Ben Kingsley, el compañero de Cruz en Elegy. "Siempre concentrada, siempre dando lo mejor. Soy muy afortunado al haber trabajado con ella. Vengo con mi mujer y ella es tan fan como yo de Penélope".
Sus contrincantes, Taraji P. Henson (El curioso caso de Benjamin Button), Viola Davis (La duda) y Amy Adams (La duda) sólo tuvieron palabras amables para ella. Una arisca Marisa Tomei (El luchador) rechazó comentar el trabajo de Penélope, cosa que sí hicieron Angelina Jolie y Kate Winslet. Ambas pararon para dejar claro su apuesta por el talento de Cruz, por un premio, el de la gala, y que corona una increíble carrera de galardones.
En la alfombra roja, Cruz, que iba perdiendo la voz, confesó haber dormido bien, se mostró concentrada en divertirse y esperó disfrutar de la gala. Sabía de qué hablaba, porque hace dos años ya compitió, aunque como actriz protagonista, con Volver, de Pedro Almodóvar.
No sólo los cineastas se volcaron con la actriz. El tenor Plácido Domingo apuntó: "Penélope nunca se ha dejado ningunear. Es versátil, no se ha dejado manipular. Es una artista y no ha caído en la trampa de convertirse en actriz hollywoodiense". Y el modisto Valentino la definió como "una mujer sensacional, llena de glamour, y esta noche vamos a oír hablar de ella". Esta mañana, en Alcobendas, es probable que otra niña piense que los sueños se pueden hacer realidad.
Pedro Almodóvar declaró al conocer la noticia: "El Oscar de Penélope es el triunfo del talento, la ambición, la tenacidad, y unas dotes extraordinarias para la comedia. Y del valor de una actriz que se lanza de cabeza y sin paracaídas, con papeles muy arriesgados, a veces sin contar con apoyaturas dramáticas suficientes, como es el caso de la película de Allen, que ella suple con gracia, corazón y carisma. He llorado de alegría cuando he escuchado su nombre".
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